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Internacional/Mundo - 22.01.2019

Merkel y Macron se rearman para impulsar la UE

Los mandatarios celebran el 56 aniversario del Tratado del Elíseo con un nuevo acuerdo de cooperación franco-alemana frente al ‘brexit’ y el auge nacionalista

París no esconde su decepción por un pacto que sigue diluyendo las propuestas de reforma europea del presidente francés

La Unión Europea (UE) se encuentra en un momento especialmente convulso. Conscientes de los grandes desafíos que encara con la caótica salida del Reino Unido y unas elecciones comunitarias que pueden certificar el auge de los movimientos ultraderechistas, la cancillera alemana Angela Merkel y el presidente francés Emmanuel Macron han acudido a la historia para estrechar lazos y firmar el Tratado de Cooperación e integración franco-alemán.

Reunidos en la ciudad alemana de Aquisgrán, emblema del europeísmo, ambos mandatarios han firmado un acuerdo con el que pretenden «elevar las relaciones a otro nivel” y dar un nuevo impulso a la mermada UE. “El mundo ha cambiado y es necesario un nuevo Tratado para consolidar los postulados del Tratado del Elíseo”, ha dicho la cancillera, en alusión al apretón de manos entre Konrad Adenauer y Charles de Gaulle que hace 56 años impulsó el motor franco-alemán.

Medio siglo después, la alianza entre Francia y Alemania es ya incuestionable. La tensa relación con los Estados Unidos de Donald Trump, el ascenso de las fuerzas nacionalistas y los crecientes problemas domésticos que especialmente acorralan a Macron han dibujado un panorama plagado de turbulencias ante el cual quieren dar señales de fortaleza con un Tratado de Aquisgrán en defensa del multilateralismo y la soberanía. “La amenaza ya no viene del vecino, sino de fuera de Europa y de dentro de nuestras sociedades si no somos capaces de responder a la ira que está rugiendo”, ha remarcado el presidente francés.

Cooperación militar

En un acto altamente simbólico, Merkel y Macron han renovado los votos de su alianza en la sala de coronación del Ayuntamiento de Aquisgrán, donde residió el emperador Carlomagno. Ubicada al lado de la frontera alemana con Países Bajos y Bélgica, esta ciudad concentra las tres potencias fundadoras y ejemplifica la unión entre los pueblos de Europa.

Pero más allá de los gestos, este documento bilateral de 13 páginas también establece hasta una quincena de medidas concretas como una mayor coordinación de la política económica para “profundizar” la unión monetaria, de la política medioambiental, ampliar el programa de intercambios entre sus ciudadanos, armonizar la legislación mercantil o cerrar definitivamente la central de nuclear de Fessenheim, la más vieja de Francia.

Ante los dardos de Trump, el acuerdo fija la sintonía militar franco-alemana y defiende una política de Defensa y Exterior común para “reforzar la capacidad de acción autónoma de Europa”, algo “inconcebible” hace unos años. El pacto también recoge el apoyo de París a la petición alemana para obtener un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).

Decepción francesa

Sin embargo, este nuevo esfuerzo para mostrar unidad de cara a la galería no esconde cierta decepción francesa por un pacto al que varios analistas han acusado de falta de ambición. Una vez más, Berlín parece haber ignorado los cantos de sirena franceses que piden una profunda reforma de la Eurozona. Lejos queda ya la ambición propuesta por Macron en su conocido discurso de Sorbona, pronunciado en septiembre del 2017. En él detallaba un plan que París sigue considerando necesario para refundar la UE frente a los nacionalismos pero que, de nuevo, ha topado con el ‘nein’ alemán.

A pesar de ser una jornada de celebración, ambos mandatarios tienen problemas en casa. Asediado políticamente por la revuelta de los chalecos amarillos contra sus políticas neoliberales, Macron ya ha sido acusado por Marine Le Pen de “debilitar a Francia” con este nuevo acuerdo. La ultraderecha gala incluso ha difundido que el pacto cede la históricamente disputada región de Alsacia a Alemania así como su asiento en la ONU. Ambas mentira.

Más tranquila tras asegurarse la sucesión al frente del conservadurismo alemán, Merkel ha enfurecido a la oposición y al presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, por fijar su encuentro con Macron el mismo día que el parlamento alemán recuerda el Tratado del Elíseo.

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