El Chapo Guzmán, declarado culpable por la justicia de EEUU

El jurado le considera responsable de 10 cargos por los que afronta una sentencia de cadena perpetua

Un jurado popular de Nueva York compuesto por ocho mujeres y cuatro hombres ha declarado este martes culpable de los 10 cargos que enfrentaba a Joaquín Archivaldo Loera Guzmán, El Chapo, señalado por su papel durante cerca de dos décadas como uno de los responsables del cartel de Sinaloa. Aunque la vista para sentencia se ha fijado para el 25 de junio, El Chapo, de 61 años, enfrenta la pena mínima de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, con lo que está garantizado que pasará el resto de su vida en una cárcel de máxima seguridad de Estados Unidos.  

Según testigos presentes en la sala, El Chapo ha reaccionado sin mostrar prácticamente emoción a la lectura del veredicto aunque con cierto gesto de incredulidad. Ha sonreído a su esposa, Emma Coronel, que ha seguido a diario el proceso en la sala del tribunal federal de Brooklyn, sentada siempre en la segunda fila de la bancada tras la defensa. Ella, luchando por contener las lágrimas, le ha enviado una señal de ánimo subiendo el pulgar y le ha soplado un beso en el aire. Cuando los alguaciles se han llevado a su esposo Coronel ha abandonado la sala sin hablar con nadie. Cuando alguien le ha querido transmitir condolencias ha contestado: «¿Por qué? Nadie ha muerto«.

Deliberaciones meticulosas

La decisión del jurado ha llegado tras 35 horas de deliberaciones exhaustivas y meticulosas, en las que los 12 miembros hanpedido repasar numerosas pruebas y testimonios, un hecho por el que han recibido las felicitaciones del juez Brian Cogan, que preside el proceso. Y el resultado ha sido un triunfo absoluto para el Departamento de Justicia de Estados Unidos en el juicio más importante contra las redes internacionales de narcotráfico vivido nunca en el país. 

A lo largo de tres meses de intenso juicio los fiscales han presentado una auténtica «montaña» de pruebas que han incluido grabaciones interceptadas en las que se oía al propio acusado organizando envíos de droga desde México. Han hecho pasar a más de cinco decenas de testigos por el estrado, incluyendo 14 antiguos colaboradores de El Chapo, cuyas declaraciones han permitido trazar con exhaustivo detalle el funcionamiento del cártel, el ingenio de sus métodos y también la brutalidad del condenado y sus excesos tanto personales como criminales.

Si algo ratifica el éxito de la fiscalía es que en un proceso con 10 cargos que incluyen 53 violaciones el jurado solo ha considerado no probadas dos de esas violaciones: un envío de 19 toneladas de cocaína en el 2007 y otro de 409 kilos de marihuana en el 2012. Pero El Chapo ha sido señalado por su responsabilidad en una organización criminal aún activa, el factor fundamental para garantizar su condena a perpetua. Y en su historial criminal quedarán ya para siempre delitos vinculados al tráfico de drogas, el asesinato, el lavado de dinero y la posesión de armas.

«Hay quienes dicen que no merece la pena la guerra contra las drogas. Esa gente se equivoca», ha dicho a las puertas del tribunal el jefe de la fiscalía neoyorquina, Richard Donoghue. «El sangriento reino de Guzmán Loera frente al cártel de Sinaloa ha acabado y se ha enterrado también el mito de que no podría ser llevado ante la justicia».

Mientras, en un comunicado, el fiscal general en funciones de EEUU, Mark Whitaker, ha asegurado que el caso demuestra «el alcance extraordinario del Gobierno estadounidense, la tenacidad y el compromiso para perseguir a capos» como Guzmán, al tiempo que ha prometido que EEUU seguirá trabajando «en cercana asociación con el Gobierno mexicano» para combatir «traficantes internacionales de droga y sus organizaciones violentas».

Posible apelación

El veredicto ratifica también el fracaso de la defensa, que intentó contruir una narración en la que se retrataba a El Chapo como un segundón; un títere de quienes ellos señalan como verdadero jefe del cartel, Ismael El Mayo Zambada; y víctima de una red de corrupción que alcanza a las más altas instancias políticas y policiales a ambos lados de la frontera, una trama en la que destacaron particularmente el supuesto pago de un soborno de 100 millones de dólares al expresidente de México Enrique Peña Nieto.

También ha fracaso el intento de los abogados de El Chapo de minar ante el jurado la credibilidad de los testigos que fueron asociados de su cliente, criminales condenados en EEUU que han testificado en su contra. Ese es uno de los elementos que ha criticado en su reacción inicial al veredicto Eduardo Balarezo, uno de los tres abogados estrella que han dirigido la defensa de El Chapo, que ha asegurado que la cooperación de esos testigos  «desnuda la corrupción del sistema de justicia penal, donde el Gobierno comercia con libertad a cambio de testimonio». Balarezo también ha anunciado que ahora estudiarán «todas las opciones, incluyendo la apelación«.

Próximo destino: ‘el Alcatraz de las rocosas’

Dos sonadas fugas forman parte de la historia de Joaquín Guzmán Loera, ‘El Chapo’, y Estados Unidos, que para lograr su extradición desde México acordó que no buscaría la pena de muerte en su caso, está determinado a evitar que su leyenda en ese terreno se amplíe. Cuando se dicte sentencia el próximo 25 de junio tras el veredicto de culpabilidad de este martes está garantizado que El Chapo será condenado a cadena perpetua y aunque las autoridades no han querido confirmarlo el destino que se espera para el reo es la cárcel federal de máxima seguridad en Florence (Colorado), conocida popularmente como Supermax o “el Alcatraz de las Rocosas” y en una ocasión descrita por uno de los funcionarios que trabajó allí como “una versión limpia del infierno”.

Inaugurada en 1994, la cárcel tiene capacidad para mantener a algo más de 400 reos señalados para recibir Medidas Administrativas Especiales (SAMs por sus siglas en inglés). Estos son recluidos en “unidades de control”, que son como prisiones dentro de la cárcel, donde los presos pasan 23 horas al día en celdas unipersonales, virtualmente privados de contacto con el exterior. Como escribió en 2015 ‘The New York Times’ en un reportaje sobre centro, allí “los sueños abstractos de rehabilitación son enteramente reemplazados por la arquitectura de control”.

Entre los reos más famosos de la cárcel, la de máxima seguridad de EEUU, están Zacarias Moussaui, que cumple seis perpetuas por los atentados del 11-S; Ramzi Yousef, que ideó el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York en 1993, Djokjar Tsarnaev, condenado por el atentado en la maratón de Boston; Ted Kaczynski, conocido como ‘Unabomber‘ y Vicent Basciano, que fue jefe de la familia mafiosa de los Bonanno. Es también donde cumple sentencia Osiel Cardenas Guillen, ‘el Mata Amigos’, que fue líder del cartel del Golfo y creador de Los Zetas.