Aznar bendice a Casado como un líder «como un castillo sin tutelas ni ‘tutías’»

El expresidente del Gobierno pone en pie a los populares al pedir el voto para el PP tras romper hace dos años las relaciones con el partido

José María Aznar ha vuelto a casa para avalar a Pablo Casado y dejar claro, tras años de desavenencias con Mariano Rajoy, que este sí es un proyecto con el que se siente identificado. Su discurso, el plato fuerte de este sábado en la convención programática del PP, ha servido a la dirección para relanzar la imagen presidencialista del nuevo responsable de la formación conservadora en tiempos en los que se cuestiona si la suya es la mejor estrategia para combatir a Ciudadanos y Vox en el centro derecha. «No sólo tenemos un gran presidente del PP, tenemos un gran líder y un líder, como aquí se ha dicho con acierto, sin tutelas ni 'tutías', un líder como un castillo», ha despertado el entusiasmo del auditorio.

Fue en 1990 cuando, en la clausura del congreso del PP en Sevilla, Manuel Fraga pronunció por primera vez lo de aquí no hay «tutelas ni 'tutías'» para aclamar a Aznar como líder de la formación. Tres décadas después, el expresidente del Gobierno la hace suya para ensalzar a Casado. En realidad, ve similitudes entre el joven que hoy dirige el partido y él mismo 30 años atrás. Los dos, ha dicho, decidieron tomar la responsabilidad con la misma edad y los dos procedían de Ávila, aunque a su sucesor le reconocer ser «mucho más listo» y saber más de política. Nada que ver con el trato dispensado en los últimos tiempos a Rajoy.

Hoy a Casado le garantiza su confianza para hacer frente al «desafío existencialista» que, a su juicio, tiene planteado España. Para ello, defiende avivar la «vocación mayoritaria» del partido conservador, una forma de convocar a todos los votantes de la derecha, incluidos a aquellos que se fueron a Ciudadanos y Vox. «No renunciemos a la pluralidad, al contrario, afirmémosla, abramos aún más las puertas de esta casa común, porque esa es la identidad del PP, eso es lo que quisimos que fuera y lo que tiene que seguir siendo: la casa común de los que quieren sacar las cosas adelante por España», ha incidido.

Tampoco ha dudado, aun sin citarlos, en marcar distancias con los competidores en la derecha, también con Ciudadanos. «Estamos lejos de las modas políticas estridentes, del griterío de los alborotadores y la arrogancia de los simplistas», ha proclamado. Y, en nítida referencia a Vox, ha recordado que el PP defiende la Constitución de principio a fin, «entera». Por eso, ha reclamado el apoyo exclusivo a los populares. «Los votos que España necesita para responder con éxito al desafío contra nuestra continuidad histórica y futuro son los votos que deben ir al PP y que desde ahora pido para el PP», ha zanjado ante el auditorio puesto en pie.

Agendas separadas

Aun siendo lógico pedir el voto para el PP en un acto del PP, no siempre ha estado tan claro que Aznar se sintiera más cercano a los populares que a Ciudadanos. Era la época de Rajoy en el poder, cuando el ala más conservadora del partido afeaba al entonces presidente del Gobierno el no hacer política.

Precisamente Rajoy intervino ayer en una charla informal con su excolaboradora Ana Pastor. Ni marcó, como su antecesor, el camino a seguir ni leyó discurso alguno. Aznar bromeaba hoy, de hecho, con que ambos hayan participado en días diferentes: «Os han puesto a dieta, sólo un expresidente al día». Para él es un signo de la «renovación» que ha acometido el PP. Una renovación, ha defendido, no construida «sobre la derrota de nadie».

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