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Opinión - 30.08.2019

Señor de Merkel

¿Por qué tienen que acudir a las cumbres políticas las parejas de los/as mandatarios/as y sus gastos han de ser pagados con impuestos?

Yo creo que Jair Bolsonaro, presidente electo de Brasil, y el marido de Angela Merkel, al que solo ha elegido ella, al menos que sepamos, han conseguido entre los dos que se ponga en cuestión lo de las parejas de los mandatarios en las grandes cumbres políticas. Ya era hora, alguien tenía que dar el paso.

Bolsonaro lo ha hecho desde el machismo más abyecto, como era de esperar. Ha tenido el cuajo de hablar de Brigitte Trogneux, casada con Emmanuel Macron, en tono despectivo por su edad.

La fórmula escogida por Joachim Sauer ha sido más elegante: no ha ido a Biarritz a la cumbre del G7, que parecía un G20, porque no le ha dado la gana.

Sauer no ha sido solo más elegante, sino más demócrata. Muy posiblemente no le interesará nada el programa para cónyuges preparado por el Elíseo. También es posible que se sintiera aislado entre tanto mujerío. El caso es que, por la razón que sea, el marido de Merkel ha decidido no ir. Con ello ha abierto, gracias a la bestia que habita dentro de Bolsonaro, todo hay que decirlo, un melón que se tenía que abrir algún día: ¿por qué tienen que acudir a las cumbres políticas las parejas de los/as mandatarios/as y sus gastos han de ser pagados con impuestos?

Bolsonaro nos ha dado un buen argumento, propio de la era de Trump: hay que evitar que las salidas de tono como esa puedan provocar una crisis internacional. Porque no está de más decir que había que pararle los pies a ese tipo. Pero hay que evitar las ocasiones propicias, porque es mejor que se moje con la Amazonia.

El caso es que ni la mujer de Bolsonaro ni la de Macron cumplían ningún papel relevante en la cumbre. El señor Sauer tampoco, pero da la impresión de que es el único consciente de ello: si Sauer no pinta nada, ¿qué iba a pintar Sauer en la foto?

Así que podemos rebobinar y replantear la cita. ¿Por qué los jefes de los países más poderosos de la tierra tienen que ir acompañados por sus parejas a las cenas, las comilonas o las visitas a museos que se programan? ¿No van a trabajar?

Bolsonaro es de un machismo impresentable. De acuerdo. Pero el resto de los asistentes con pareja incurren en el aventurerismo más infantil acudiendo juntos.

El señor Sauer es quien únicamente se ha tomado en serio su difícil papel.

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