Debemos aportar soluciones
En múltiples ciudades, miles de personas han salido a la calle a manifestarse. Las causas más cercanas en el tiempo son más que justificadas: la emergencia feminista y el cambio climático. Las fachadas de los edificios municipales se han iluminado de color violeta, las luces de nuestros móviles han tratado de encender la noche y cientos de personas han acompañado a Greta Thunberg en su marcha por Nueva York. El diagnóstico está claro. En el primero de los casos, una sola víctima de violencia de género es absolutamente inaceptable, y en el segundo, los desastres naturales propios del cambio climático son más que frecuentes. Hemos de indignarnos, pero no será suficiente con denunciarlo. Si nuestra protesta solo recae en el diagnóstico, seguiremos exentos de las posibles y ansiadas medidas terapéuticas. Y ya sabemos lo que ocurre con una enfermedad o varias dejadas a su libre evolución.
Luis Alberto Rodríguez Arroyo. Santo Tomás de las Ollas (León)
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