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Internacional/Mundo - 12.02.2019

Trump y Beto: duelo en El Paso

El presidente hace un mitin de aroma electoral y el potencial candidato demócrata lidera una contramanifestación

En Washington se alcanza un principio de acuerdo para evitar otro cierre parcial de la Administración

La inmigración fue un eje central de la campaña presidencial de 2016 en Estados Unidos y se puede dar por seguro que volverá a serlo en la del 2020. Los términos del debate se han delineado este lunes en dos actos en la ciudad fronteriza de El Paso, en Texas: un mitin del presidente, Donald Trump, en el que la insistencia en construir el muro en la frontera con México ha sido solo uno de los múltiples elementos electoralistas, y una contramanifestación liderada por Beto O’Rourke, el político local que se ha convertido en una estrella nacional y podría sumar su nombre a la lista de aspirantes demócratas a la presidencia.

Desde Washington, mientras, llegaban noticias de un principio de acuerdo en el Congreso para evitar otro cierre parcial de la Administración, aunque aún está por ver si la Casa Blanca da su visto bueno. El pacto tentativo incluye menos de 1.400 millones de dólares para 88 kilómetros de vallas, muy lejos de los 5.700 millones que ha reclamado el presidente para 230 kilómetros de nuevo muro. Y aunque los demócratas han retirado su demanda de que se reduzcan de 20.700 a 16.500 las camas que ICE, la agencia que se encarga de arrestos y deportaciones, mantiene para tener en custodia a inmigrantes apresados dentro de EEUU, sí habrían conseguido reducir un 17% que el número total, que incluye camas para quienes piden asilo y quienes son capturados en la frontera. En su mitin en El Paso Trump dijo no haber estudiado aún a fondo el potencial acuerdo del Congreso.

Estrategia de campaña

A lo largo de una hora y cuarto de intervención el presidente aparcó el tono más moderado del discurso sobre el Estado de la Unión con orgullo y dijo en un momento: «agradable y calmado no es lo que buscáis, y esto es más divertido». Y abrió el foco del acto a elementos que anticipan su estrategia electoral para buscar la reelección. Ahí apareció la defensa de sus políticas económicas y de sus negociaciones internacionales (en la guerra comercial con China, el diálogo con Corea del Norte o para sacar a las tropas de Afganistán). También, el ataque repetido a la prensa, al que ha empezado a sumar últimamente también específicamente a los «fact checkers», que suelen señalar a las falsedades en sus declaraciones. Presumió de una encuesta en que su índice de aprobación ha llegado al 52%. Pero hubo, sobre todo, un martilleo de ataques a los demócratas, a los que define de “radicales” y “extremistas” que “quieren instalar el socialismo en EEUU”. “Quieren quitaros vuestro dinero y vuestra libertad”, advirtió.

En el tema migratorio Trump jugó, como de costumbre, a arengar a las masas.  Repitió el discurso de criminalización generalizada del inmigrante e insistió en la desacreditada afirmación de que el muro construido en El Paso en 2008 (en realidad valla) había ayudado a la ciudad a dejar de ser una de las más peligrosas de EEUU (categoría en la que nunca estuvo). Definió de “chorradas” y “noticias falsas” los análisis que contradicen sus afirmaciones, que en este caso han llegado incluso del alcalde de El Paso, que es republicano.

Aunque se repartieron entre los asistentes pósters con el lema “construye el muro” también se dieron otros que dicen “acaba el muro”, el mismo que se colgó en dos grandes pancartas tras el escenario y la idea en que ahora insiste Trump: que su prometida construcción del muro ya ha empezado.

El mitin del presidente, interrumpido en varias ocasiones por protestas, reunió a unas 13.000 personas, 6.500 dentro del recinto y otras 7.000 que lo siguieron a través de pantallas en el exterior. Y la cifra es similar a la participación en la marcha liderada a menos de dos kilómetros de distancia por O’Rourke, por más que Trump, en otra de sus falsas caracterizaciones, dijera que el demócrata (al que intentó criticar diciendo que “lo único que tiene a su favor es un gran nombre de pila”) solo había reunido a unos centenares de personas.

El mensaje de Beto

En la contramanifestación el discurso de O’Rourke, que sigue sin querer confirmar si presentará su candidatura presidencial y ha anunciado que dará a conocer su decisión a final de mes, se centró en denunciar “mentiras, odio, ignorancia e intolerancia”. El excongresista defendió también la vibrante ciudad, con un 80% de población hispana, una intensa relación comercial y cultural con México y entre las más seguras del país desde mucho antes de la construcción de la valla. “No estamos seguros por los muros sino a pesar de los muros”, dijo O’Rourke, que aseguró que El Paso es un ejemplo que tiene “mucho que enseñar al resto del país”.

Sin citar en ningún momento directamente a Trump, el mensaje del demócrata, que también habló en español, era claro. “Nos tratamos con dignidad y respeto, así es como hacemos a nuestra comunidad y nuestro país seguros”, declaró. “Sabemos que no hay una negociación en que podamos sacrificar parte de nuestra humanidad para ganar un poco más de seguridad”.

El Paso, Texas pic.twitter.com/SsxZeNw1MJ

— Beto O’Rourke (@BetoORourke) February 12, 2019

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