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Internacional/Mundo - 23.11.2018

Polonia da marcha atrás y rectifica la reforma judicial que desaprobaba la UE

Tras meses de presión y críticas, Varsovia acata la sentencia de Bruselas

El Gobierno quería avanzar la jubilación en el Supremo para colocar jueces afines

Cambio de rumbo en Polonia. Este miércoles el Gobierno polaco dio marcha atrás en la controvertida ley que pretendía avanzar la edad de jubilación de los jueces que forman el Tribunal Supremo, una medida duramente criticada desde Bruselas al ser vista como un intento de vulnerar el principio de la independencia del poder judicial.

Tras meses de presión y críticas, Varsovia ha optado por rectificar y acatar las órdenes del Tribunal de Justicia, que el pasado 19 de octubre dictaminó que la ley impulsada por el gobierno conservador polaco debía ser suspendida de forma cautelar. Así, el partido del Ejecutivo, la ultranacionalista Ley y Justicia (PiS), presentó ante el parlamento un nuevo proyecto de ley que revertirá esos efectos y supondrá la reincorporación de los magistrados que fueron forzados a jubilarse.

La medida de la discordia establecía que la edad de jubilación de los miembros del Tribunal Supremo pasaba de los 70 a los 65, un gesto que afectaba a 27 de los 72 magistrados y con el que se interpretó la voluntad de Varsovia de moldear ideológicamente la más alta instancia judicial del país. La propia presidenta de este organismo, Malgorzata Gersdorf, regresó a su puesto de trabajo el 22 de octubre, justo hace un mes, tras conocer la sentencia de la justicia europea.

Oposición en Bruselas

Este martes, el vicepresidente de la Comisión Europea (CE), Frans Timmermans, volvió a instar al gobierno polaco a rectificar un camino que en julio denunciaron como “incompatible” con el derecho europeo y “el principio elemental de la separación de poderes”. En un gesto sin precedentes, el pasado 21 de diciembre Bruselas pulsó el llamado botón nuclear y activó el artículo 7 del tratado europeo para castigar la polémica reforma judicial polaca.

En medio de este encontronazo con Bruselas, el gobierno polaco también se ha visto salpicado por nuevos escándalos de corrupción. La semana pasada el diario Gazeta Wyborcza destapó que el presidente de la Autoridad de Supervisión Financiera, Marek Chrzanowski, había hecho una oferta indebida al máximo responsable de un banco en una situación delicada. Las informaciones terminaron forzando la su dimisión pero, aún así, el nacionalista PiS se resiente.

Misión electoral

A falta de un año para que Polonia celebre unas nuevas elecciones legislativas, el ultracatólico PiS recibe señales ambiguas. El último sondeo demoscópico, realizado por la consultora Millward Brown, señala una importante caída del partido en el Gobierno, que pasaría del 37,6% obtenido en 2015 a un 33%. Esa bajada la capitalizaría la liberal-conservadora Plataforma Cívica, el principal partido de la oposición, que llegaría al 26%. No obstante, las encuestas de la semana pasada apuntaban a una mejora del PiS, que crecería hasta el 42%.

Sea como sea, la formación hegemónica polaca se prepara ya para las elecciones europeas del mayo y las legislativas de noviembre del 2019. Aunque en las elecciones regionales y locales de octubre volvieron a ser el partido más votado, el PiS no consiguió conquistar ninguna alcaldía en las grandes ciudades del país.

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