Home Internacional/Mundo Olof Palme, un crimen sin resolver
Internacional/Mundo - 14.03.2019

Olof Palme, un crimen sin resolver

El periodista sueco Jan Stocklassa desvela los interrogantes sobre la muerte del político en un libro recientemente publicado

La investigación que no pudo concluir Stieg Larsson debido a su prematura muerte, a los 50 años, víctima de un infarto, en el 2004, parece haberla cerrado ahora con aparente éxito el también periodista sueco Jan Stocklassa. La obsesión vital de Larsson, autor de la exitosa trilogía de ‘Millenium’ (de la que se han vendido 80 millones de libros), fue descubrir al sicario y la trama criminal que acabó con la vida del primer ministro sueco Olof Palme, asesinado en plena calle de Estocolmo una gélida noche de febrero de 1986, cuando acababa de salir del cine junto a su esposa. Hubo dos disparos: uno impactó en la espalda de Palme, que entonces contaba con 59 años, falleciendo casi de forma instantánea. La otra bala rozó a su mujer, que salvó la vida milagrosamente.

Desde esa trágica noche para Suecia, día en que muchos suecos, con la perspectiva histórica que conceden las más de tres décadas transcurridas, consideran que el país perdió su inocencia de sociedad modélica para aterrizar brutalmente en un mundo cruel y terrenal, la autoridades no han parado de buscar, aunque cada vez con menor insistencia, quién o quiénes asesinaron a Palme, que lideraba entonces el Partido Socialdemócrata. Una eterna incógnita que Stocklassa parece desvelar tras un arduo trabajo de investigación, plasmado en el libro ‘Stieg Larsson. El llegat. Les claus ocultes de l’assassinat d’Olof Palme’, editado por Ara Llibres.

Un sinfín de irregularidades policiales

Lo primero que sorprende y que también impactó al propio Stocklassa fue la cantidad de irregularidades en la investigación y las abundantes chapuzas policiales, algunas de ellas sospechosas. “Hubo mucha incompetencia. Horas después del asesinato muchas comisarías del país no tenían noticia de la muerte de Palme y uno de los máximos investigadores rechazó de entrada iniciar las pesquisas porque en el momento de los hechos se encontraba disfrutando de una fiesta familiar”, explica todavía atónito Stocklassa, que tuvo acceso al inmenso archivo sobre el caso que durante casi dos décadas fue recopilando Larsson, empeñado en combatir el auge de la extrema derecha en Suecia y, por extensión, en todo el mundo.

Tirando de ese hilo, Stocklassa afirma sin miedo a equivocarse que la autoría material del asesinato de Palme cabe atribuirla a los servicios secretos del régimen sudafricano del ‘aparthaid’. Sí, inicialmente también se habló de la pista kurda, pero el autor la descarta por completo y ofrece varias razones, entre ellas, el odio visceral que generaba Palme en Sudáfrica por las trabas que ponía al tráfico de armas, un comercio ilegal que burlaba el bloqueo internacional que sufría el entonces repudiado régimen sudafricano.

Dos piezas clave

Las investigaciones de Stocklassa le llevaron hasta el exespía Craig Williamson, pieza clave de este entramado criminal al que llegó a entrevistar (la policía sueca no lo logró en 30 años) y quien contactó también con otro personaje fundamental, Bertil Wedin, hombre fuerte de ejército sudafricano en la sombra, con quien también llegó a hablar. El autor material del disparo, según Stocklassa, debió de ser alguien facilitado por la extrema derecha sueca del que luego fuera fácil desprenderse. Quien no fue, desde luego, fue Christer Pettersson, un alcohólico y drogadicto que fue sentenciado a una larga pena de cárcel y, posteriormente, absuelto por falta de pruebas. Se buscaba un chivo expiatorio.

Las autoridades suecas y sudafricanas han reabierto el caso a raíz de la publicación del libro de Stocklassa, quien admite haber pasado miedo durante algunas fases de su investigación, un trabajo que le llevó hasta límites morales que nunca antes se había planteado. De lo que no se olvidará es de la figura de Larsson, quien dignificó como nadie el periodismo de investigación, ni de Olof Palme, una de las grandes figuras políticas de Europa del siglo XX cuya muerte sigue llena de interrogantes. Gracias a Stocklassa, es posible que todos tengan ya una respuesta.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Check Also

Una narrativa visual para rastrear al virus

Los lectores se interesan más por las cifras y los gráficos porque les explican mejor la p…