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Internacional/Mundo - 21.01.2019

La UE se queda muda ante el discurso de May

Ni la Comisión Europea ni el Consejo Europeo reaccionan al discurso de la primera ministra británica ante los Comunes

Los gobiernos europeos cierran filas con Irlanda y el mecanismo para evitar el regreso de una frontera física a la isla

Si alguien esperaba este lunes propuestas e ideas concretas de la primera ministra británica, Theresa May, para arrojar algo de luz a las posibles alternativas británicas para desbloquear la negociación del ‘brexit’, se ha llevado de nuevo un completo y rotundo chasco. De ahí el mutismo y la frialdad con la que ha recibido la UE el discurso de la líder británica ante la Cámara de los Comunes, sin reacción oficial ni de la Comisión Europea ni del Consejo Europeo.

“Nada que requiera una reacción inmediata”, han resumido fuentes europeas vinculadas a la negociación tras escuchar la declaración. “No busquen respuestas al ‘brexit’ en Bruselas. Ahora es el momento de que hable Londres no nosotros”, subrayaba unas horas antes el portavoz de Jean-Claude Juncker, Margaritis Schinas, que ha vuelto a insistir en que no hay renegociación posible, ni el acuerdo de retirada ni el mecanismo de salvaguarda incluido para evitar el regreso de una frontera física entre Irlanda e Irlanda del norte.

Si algo ha vuelto a quedar patente es que la posibilidad de ponerle fecha de caducidad de cinco años a la salvaguarda para Irlanda, que tanto detestan el Partido Unionista del Ulster (DUP) y los tories más radicales, no genera ninguna simpatía entre los gobiernos europeos. La idea, sugerida por el ministro polaco de exteriores, Jacek Czaputowicz, en una entrevista ha sido rápidamente rechazada por ministros y diplomáticos en Bruselas que han cerrado filas, con Irlanda y con la necesidad de preservar la unidad.

Irlanda se planta

“Poner un límite temporal a un mecanismo de seguridad, que es lo que es la salvaguarda, significaría que no sería un mecanismo de seguridad en absoluto. No creo que refleje la postura de la UE en relación al acuerdo de retirada. Entiendo por qué le preocupa encontrar soluciones, porque hay muchos polacos viviendo en Reino Unido, más que de ningún otro país de la UE, pero son Barnier y Tusk quienes hablan en nombre de la UE”, ha zanjado el ministro irlandés, Simon Coveney, tras reunirse con el negociador jefe de la UE, Michel Barnier.

“Estoy completamente con mi colega irlandés. Ya ha dicho lo que piensa de ello”, ha secundado el ministro de exteriores alemán, Heiko Maas, tras la reunión de ministros de exteriores de la UE celebrada en Bruselas. El ‘brexit’ no ha estado en la agenda del encuentro pero sí en los pasillos. “El acuerdo de salida tal y como fue acordado sigue siendo la base”, ha insistido la austríaca Karin Kneissl, que ha urgido al resto de gobiernos europeos a mantener la unidad y la cohesión. “Es necesario mantenerla y no empezar a hacer anuncios bilaterales”, ha añadido.

Nadie en Bruselas confía demasiado en las conversaciones con el DUP norirlandés pero si algo tienen claro los 27 es que reabrir el acuerdo de retirada sería como abrir “una caja de pandora” que nadie quiere tocar. En este sentido, han sido varias las voces que han insistido en que si Londres modificara sus líneas rojas en relación a la relación futura la UE podría responder con “generosidad”, ha asegurado Coveney.

Mover las líneas rojas

Entre ellos el propio negociador europeo, Michel Barnier, que ha sugerido que si Londres quiere una relación más ambiciosa los 27 podrían mover su posición. Ocurra lo que ocurra lo que Europa necesita es un plan con garantías de ser aprobado en Westminster para “evitar cronificar el problema” porque la UE lleva mucho tiempo empantanada por un problema interno británico. “Lo que no puede pedir el Reino Unido es que le resolvamos sus problemas internos”, ha advertido el ministro español, Josep Borrell.

«No se puede convertir en un problema crónico que perturbe la vida de la UE durante años y años. No podemos estar años intentando encontrar una fórmula de cumplir la voluntad manifestada por los británicos. No puede ser que pase como con la independencia de Catalunya, que se proclame  luego se suspendan los efectos», ha añadido. La idea de retrasar la salida más allá del 29 de marzo sigue, en todo caso, sobre la mesa y si el Reino Unido llegara a plantear esa posibilidad los 27 lo estudiarían aunque solo “si hay una buena razón”, no para “alargar la agonía”, ha indicado el eslovaco Miroslav Lajcak. 

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