Home Internacional/Mundo Empuñar el periodismo para salvar la democracia en Filipinas
Internacional/Mundo - 18.01.2019

Empuñar el periodismo para salvar la democracia en Filipinas

La editora María Ressa dice que la campaña que llevó a Duterte a la presidencia fue la «‘zona cero'» de bulos y manipulación

La periodista y su portal, ‘Rappler’, están siendo objeto de una campaña desde el Gobierno de Manila para silenciarles

Acorralada judicialmente en Filipinas por su labor periodística, Maria Ressa, persona del año según la revista Time, asegura que en su país se libra una «batalla a muerte contra la democracia» por la Administración de Rodrigo Duterte, una guerra que puede ganarse con «buen periodismo».

«Los niveles de impunidad hoy en día en Filipinas no se veían desde la dictadura de Ferdinand Marcos y el periodismo nunca ha estado tan amenazado como ahora», ha indicado Ressa, directora del portal Rappler, medio que nació en el 42012 y es ya uno de los más influyentes del país. Lo que empezó como un proyecto innovador que quería explorar nuevos formatos para captar audiencias jóvenes y recuperar la esencia del periodismo, se ha convertido en el azote del presidente Duterte y su «maquinaria de fake news«.

Ressa asevera que Filipinas se convirtió durante la campaña electoral del 2016, que llevó a Duterte al palacio presidencial, en la «zona cero» de los bulos y el uso de las redes sociales como arma, un fenómeno que se diseminó raudo y veloz por el mundo y emponzoñó comicios en EEUU, Europa y más recientemente Brasil.

Realidades paralelas

«Cuando dices una mentira un millón de veces se convierte en verdad. Eso sucede en las redes sociales, se crean realidades paralelas«, apuntó la periodista de 55 años y veterana ex corresponsal de CNN en el Sudeste Asiático. Rappler ha trabajado arduamente desde entonces para destapar estas noticias falaces o bulos y ha desentrañado una «sofisticada maquinaria» de cuentas falsas vinculadas al entorno de Duterte con el fin de «intimidar y silenciar a sus críticos» y «promover odio desde el seno del Estado«.

Esa labor, junto con varios reportajes que sacaron a la luz los escandalosos abusos de derechos humanos en la guerra contra las drogas, desató la animadversión del controvertido presidente, de 73 años, contra Rappler y su directora. Después de varios desagradables episodios de ciberacoso y un fallido intento en enero del 2018 de revocar la licencia para operar de Rappler, la estocada contra Ressa llegó en noviembre, cuando ella y el medio que dirige fueron acusados de evasión de impuestos.

«Es ridículo. Son cargos políticamente motivados. Lo he dicho siempre, no hay una base legal y confío en que se haga justicia», ha indicado Ressa, que ha pagado unos 5.000 dólares en fianzas para eludir la prisión. Ressa cuenta con cierta sorna que ha pagado solo mil dólares menos que la exprimera dama Imelda Marcos, acusada de corrupción por apropiarse de unos 200 millones de dólares del erario público.

Los cargos contra Ressa, que acarrean una pena de diez años de cárcel, están relacionados con una emisión de deuda de Rappler en el 2015 que aportó beneficios de 3 millones de dólares, por los que el medio no habría pagado los impuestos debidos, según la fiscalía. Este golpe judicial saltó a la luz cuando Ressa se encontraba de viaje para recibir importantes reconocimientos: el Comité para la Protección de los Periodistas de Nueva York le entregó el galardón Gwen Ifil a la libertad de prensa y en Washington recibió el Premio Knight de periodismo internacional.

«Todos estos premios no hubieran llegado sin las amenazas contra nosotros, pero han servido para que ahora el mundo mire hacia lo que está pasando en Filipinas», ha señalado Ressa, que semanas después formó parte del grupo de periodistas perseguidos que la revista Time ensalzó como personas del año.

Amenazas

Los ataques a Rappler no son nuevos: amenazas, insultos y campañas de descrédito en las redes contra sus periodistas empezaron cuando el medio daba sus primeros pasos. Después los agravios vinieron directamente de Duterte, que ha acusado al medio repetidamente de estar financiado por la CIA y ha vetado su acceso al palacio presidencial.

Ressa, con más de 30 años de experiencia como corresponsal de CNN y al frente de los informativos de la cadena filipina ABS-CBN, cuenta que no ha sido fácil lidiar con tanta inquina y aversión ni para ella ni para su joven equipo, un centenar de periodistas, el 68% mujeres, con una media de edad de 23 años.

«El peligro de las amenazas en las redes es que no sabes cuándo saltarán a la vida real«, apunta la directora de Rappler, que desde hace un año cuenta con seguridad las 24 horas en la puerta de la redacción y ha puesto al servicio de sus trabajadores asistencia psicológica para manejar la presión del ciberacoso. 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Check Also

Una narrativa visual para rastrear al virus

Los lectores se interesan más por las cifras y los gráficos porque les explican mejor la p…