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España - 12.07.2019

El independentismo consuma su fractura en la Diputación de Barcelona

El pacto entre JxCat y PSC permite la elección de la socialista Núria Marín como presidenta y excluye a Esquerra

La alcaldesa socialista de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), Núria Marín, ha sido elegida presidenta de la Diputación de Barcelona, con los votos del PSC y JxCat. Aunque los postconvergentes y Esquerra han negociado hasta última hora para tratar de articular una mayoría alternativa, JxCat ha respetado el pacto alcanzado con los socialistas y ha consumado su apoyo a Marín y por primera vez se ha quebrado la alianza que las dos principales fuerzas del secesionismo mantienen en la Generalitat.

«Supondrá un antes y un después» en nuestras relaciones, afirmó el presidente del grupo de ERC en la Cámara catalana, Sergi Sabrià. Marín ha salido investida en segunda vuelta, después de que en la primera ronda no consiguiera la mayoría absoluta. La socialista ha obtenido 23 votos, del PSC y JxCat, frente al candidato de Esquerra, Dionís Guiteras, que ha tenido 17 votos: los republicanos y el de Tot per Terrassa.

El resto de formaciones (Comunes, Ciudadanos y PP) han votado a su respectivo candidato. En las elecciones, el PSC obtuvo 16 escaños, los mismos que ERC, aunque los socialistas se impusieron en número de votos en la provincia barcelonesa. JxCat se quedó en siete diputados, los comunes en cinco, por cuatro de Ciudadanos, dos del PP y uno de Tor per Terrassa.

La elección de Marín agrava la crisis en el independentismo. Ambos socios se acusan de ser los responsables de la situación, tras 14 meses de legislatura en que los choques han sido frecuentes, sobre todo en enero de 2018 cuando ERC impidió que Carles Puigdemont pudiera ser investido de nuevo o cuando en octubre del año pasado Esquerra acató la suspensión de los diputados procesados.

El próximo encontronazo se producirá cuando tengan que pactar la respuesta a la sentencia del Supremo. La realidad es que tanto JxCat como ERC han pactado con los socialistas en diferentes ayuntamientos de Cataluña. Hasta un total de 40 alcaldes, de JxCat y ERC, fueron investidos por el PSC.La crisis en el secesionismo se agrava, pero difícilmente se llevará por delante al Gobierno catalán antes de la sentencia del juicio del Supremo contra los doce líderes del 'procés'. Pero sí deja la legislatura casi muerta y en el tiempo de descuento a la espera del fallo judicial.

La unidad del independentismo ha saltado por los aires en todos los órdenes. Se ha quebrado la unidad entre JxCat y ERC y también entre el independentismo civil y el institucional. A las puertas de la sede de la Diputación de Barcelona, en la capital catalana, en torno a dos centenares de personas se han manifestado contra la desunión entre JxCat y ERC y contra la elección de Marín por parte de los nacionalistas. Convocados por la ANC, los manifestantes han cargado con dureza contra los dos partidos soberanistas. Y se han escuchado consignas en las que no se ha salvado nadie, ni siquiera Carles Puigdemont, que hasta la fecha aparecía como el gran referente del movimiento.

Según los manifestantes, todos en JxCat y ERC son «botiflers» (traidores), pues han pactado con los del 155 (el PSC). «No os votaremos», «queremos la independencia, no las sillas», «no tenéis vergüenza, no tenéis dignidad», «no sois dignos del pueblo catalán», han gritado. Junto a la protesta, la ANC ha colocado un centenar de sillas vacías para escenificar que los grupos independentistas no trabajan por la secesión ni por la unidad, sino que lo único que les interesa son las sillas.

ERC reclamó a JxCat que rompiera el pacto con los socialistas en la Diputación de Barcelona y dijo que estaba dispuesto a que el presidente fuera postconvergente, a pesar de que los republicanos obtuvieron 16 escaños y los nacionalistas, siete. JxCat, por contra, pedía a cambio a ERC revertir las alcaldías de Sant Cugat del Vallès y Figueras, en manos de Esquerra con los votos de al menos el PSC. Las condiciones eran inasumibles por ambas partes.

La Diputación de Barcelona es una pieza clave en el entramado institucional de Cataluña. Y el hecho de que vuelva a estar bajo control del PSC introduce un elemento de debilidad para el independentismo. Por ejemplo, en la pasada legislatura, JxCat y ERC trataron de impulsar la Hacienda catalana, que la presentaron como una estructura de Estado, a través de la unión de las cuatro diputaciones provinciales. Esto ya no será posible.

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