El Gobierno defiende su decisión de no intervenir en la retirada de lazos amarillos

Celaá replica a PP y Cs que la competente para responder al último desafío de Torra es la JEC

El Gobierno sostiene que ha sido «diligente» en todo momento ante la peticiones de la Junta Electoral Central y rechaza las críticas el PP y Ciudadanos, que en los últimos días le han acusado de permanecer impasible ante los desafíos del presidente de la Generalitat, Quim Torra. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Celaá, ha argumentado que es ese órgano encargado de velar por la limpieza de lo procesos electorales el competente para actuar y que una intervención del Ejecutivo no habría estado justificada. «Sabemos es la JEC la que marca este proceso y estamos a su disposición», ha dicho.

El único papel que ha desempeñado el Gobierno en la polémica que comenzó hace diez días, cuando la Junta atendió la denuncia de Ciudadanos y ordenó a Torra retirar de los edificios públicos todos los lazos amarillos y las banderas esteladas, ha sido, precisamente, el que le concedió el propio organismo: la elaboración de informes para certificar el cumplimiento de sus instrucciones. Según Celaá, lo hizo «con diligencia y eficacia» e ir más allá habría sido poco menos que extralimitarse y habría supone una «interferencia» en un asunto que ni está ni debe estar en su mano, el control del proceso electoral.

La orden de retirada de los lazos, que finalmente se ha empezado a cumplir hoy después de un intento de Torra interpretado por la propia JEC como un «burla» a su mandato, se fundamenta en la ley orgánica del régimen electoral general (LOREG) que obliga a los poderes públicos a mantener la neutralidad desde el momento en el que se convocan los comicios hasta su celebración. La Junta entiende que los lazos amarillos y otros emblemas a favor de los dirigentes independentistas en prisión preventiva son símbolos partidistas y que, por lo tanto, no deben exhibirse en las instituciones en este momento.

Actuación de los Mossos

Los magistrados y juristas del organismo supervisor decidieron, en una reunión celebrada ayer, pedir a la Fiscalía que investigue un posible delito de desobediencia por parte de Torra después de que este se limitara a cubrir la pancarta secesionista del Palau de la Generalitat por otra con lema idéntico en la que un lazo blanco sustituía al amarillo. Además, instó al consejero de Interior, Miquel Busch, a ordenar a los Mossos d'Esquadra que procedieran a la retirada de la nueva y la vieja simbología. Y abrió expediente sancionador contra Torra, que hoy se ha querellado contra la JEC.

El líder de la oposición, Pablo Casado, ha insistido esta misma mañana, sin embargo, en que el Ejecutivo debía haber dado instrucciones a la policía autonómica, amparándose en la ley de seguridad ciudadana, para que procedieran a retirar los símbolos «que insultan a la democracia española». «Es lamentable que se dejen manipular con la esperanza de recibir el voto de los independenntista en la próxima investidura», ha reprochado. El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, también ha puesto la actuación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como ejemplo de lo que él no hará si llega a la presidencia.

Celaá ha replicado que en la «anterior convocatoria electoral», en referencia a los comicios del 21 de diciembre en Cataluña, también hubo lazos «en las instituciones comunes y no ocurrió nada», un modo de reprochar al PP su críticas. En realidad, sí que ocurrió. La misma polémica que se está dando ahora se dio hace año y medio solo que no con los edificios de la Generalitat sino con los ayuntamientos. Pero es verdad que el Ejecutivo de Mariano Rajoy tampoco intervino.

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